Vivimos una época en la que las marcas e instituciones han abusado de su poder y han generado una desconfianza generalizada entre las personas. En estos tiempos, se hace por lo tanto, imprescindible que la trasparencia vuelva a ser un elemento principal en toda estrategia de marca. La transparencia, entendida como dar una respuesta precisa y en tiempo real a toda las demandas, tiene que formar parte de cualquier relación entre empresas y cliente si quieres que esta sea exitosa. Las empresas encerradas, en un modelo de comunicación convencional, están fallando.
Estamos viendo, cada vez más
que los clientes, están interesados no solo en los productos y servicios. Quieren saber más si una marca es medioambientalmente responsable, si trata a sus empleados de forma justa, si acepta la
diversidad, si se preocupan por la integración por el acoso sexual, etc. En definitiva, si una marca es sostenible o no. Con la llegada de la web social, todo cambió, las marcas pueden tener un
diálogo inmediato, sin filtro con los clientes.
Mayoritariamente, el error más frecuente es responder en medios sociales como Twitter, que es un medio hiperpolarizado, donde es muy fácil actuar antes de contrastar la información. Las marcas
pueden seguir aumentando los niveles de transparencia sí, pero hay que tener mucho cuidado con lo que se dice. Porque en ocasiones, en una época en la que la verdad no es un premisa necesaria,
muchas veces no se contrasta la información que se intercambia.
Hay que elegir el canal adecuado y el momento adecuado para compartir esa información. Y para nosotros, para nuestra agencia de marketing sostenible, ese momento es cuando te demanden una información. No es necesario sobresaturar tu web con todos los pormenores de tu fabricación o planes de trabajo, pero si cualquier persona precisa esa información, hay que ponerse en contacto con ella para darle la respuesta más precisa posible.