Hace poco estuve en Casa Manteca en pleno centro de la Viña, tomando uno de los mejores platos de España, los Chicharrones Especiales, y vi las preciosas etiquetas de Estrella de Galicia para conmemorar su 110 cumpleaños, entonces me dijeron que crear marcas fomentaba la creatividad y yo pensé. No! para nada. Existen muchos escritos sobre esto, sobre las marcas y la creatividad, pero para mí el último lugar donde acudiría la gente para disfrutar con la expresión creativa es a las empresas que venden productos. Y es una pena, quizás sea porque provengo del mundo del arte, pero lo cierto es que las marcas podrían aprender mucho del arte.
“Writers”
París 1983 un grupo de jóvenes entre 14 y 18 años, empiezan a escribir sus nombres en las paredes de la ciudad inspirados en el fenómeno de Nueva York, que no se contentan con reproducir las formas. Ellos crean su propio estilo, imponen sus cartas e inspiran a una generación. Se comunican a través de las letras de su nombre.
Direción: Marc-Aurèle Vecchione
S i levantas la vista de esta pantalla y miras a tu alrededor, todo lo que te rodea ha sido diseñado. La tipografía de este blog, el ordenador, el móvil, o cualquier dispositivo que tengas entre las manos. La ropa que llevas, los muebles donde te sientas, el edificio en el que estás. Todas estas cosas forman parte de tu vida porque otra persona las concibió y las llevó a cabo.
Sobre los primeros años de 1900, industriales, arquitectos, comerciantes, periodistas o pedagogos, definían al diseñador como el agente de cambio en la industria moderna. Esta fue precisamente la idea que influyó a los pioneros de la Bauhaus.
Estamos a casi 100 años de que el arquitecto Walter Gropius fundara en Weimar, la Bauhaus, escuela de arquitectura, artesanía y diseño, cuyo programa buscó “Restablecer la unidad y la armonía entre las distintas actividades del arte, entre todas las disciplinas artesanales y artísticas, para transformarlas en algo completamente acorde a una nueva concepción de la arquitectura”.
¡Felicidades Maestro!
No podíamos esperar más días para felicitar a este gran maestro por el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y darle las gracias por toda una vida llena de viñetas.
Es la primera vez que este reconocimiento se concede a un dibujante, pero es que hablamos de un dibujanteque ha trasladado siempre los valores más humanos a sus creaciones.
Quino empezó a dibujar a los cuatro años, y él mismo ha afirmado que lo hizo como una forma de plasmar sus pensamientos. Sus tiras están repartidas por Argentina, Brasil, España, Francia, Italia y México.
Podríamos decir que el éxito de sus viñetas reside en la sensibilidad que transmiten. Quino nos habla de los problemas del mundo desde la denuncia y la crítica pero también desde el cariño y el respeto por el planeta y por las personas. Por su particular manera de hablar de la libertad e igualdad, Quino ha sido precursor de los principios del desarrollo sostenible.
Entre todos sus personajes, hay uno que ha alcanzado y enamorado a varias generaciones, sí, estamos hablando de la niña que acaba de cumplir cincuenta años y que nunca ha dejado de preguntarse quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Mafalda, ávida en preguntas y respuestas, docta en una filosofía infantil y adulta a la vez, inocente y aguda, nos ha enseñado qué es lo que importa de verdad.
Cómo podríamos imaginar que este gran personaje fuera ideado para una campaña de publicidad. Así es como nació Mafalda, aunque finalmente el anuncio no se publicara. Esto nos lleva a reflexionar sobre el poder de las imágenes y a pensar que la publicidad, a la cual se tacha en ocasiones, de ser solo un vehículo hacia el consumo. Puede ser algo más, la publicidad puede ser también medio para encaminarnos a la responsabilidad. Puede ser responsable e ingeniosa y esta es la grandeza de la publicidad, que a través de la innovación y la creatividad contribuya a cambiar las cosas de forma más sustentable.
Quino, los sures y los nortes que dibujaste un día aún siguen existiendo, y los pobres y los poderosos, y las injusticias sociales y las desigualdades. Pero nadie queda ya indiferente, con tu legado has marcando y sigues calando las conciencias de todos aquellos, que como tú, quieren hacer de este mundo un lugar mejor, seguiremos trabajando por la igualdad y la paz.
Gracias Maestro
Desde que iniciamos la travesía en Harca, hemos tenido muy presente lo que nos enseñó Marcel Duchamps. Es uno de nuestros referentes filosóficos, por ello, aquí va nuestro pequeñísimo homenaje en forma de post para explicar qué nos hizo ver:
Duchamp se reveló contra una actitud de “deleite estético”, lo que él denominó retinal shutter. Quería transfigurar su urinario en algo artístico. Como objeto, como forma visual, es extrañamente hermoso, tan blanco e incongruentemente etéreo, y como el arte es ... bueno, hay una pregunta para empezar ¿Es arte?
Los eminentes Neoyorquinos de la Sociedad Americana de Artistas Independientes decidieron en abril de 1917 que no lo era. No obstante poco después, viendo los tiempos que corrían en el Viejo Continente, cambiaron de idea. Los Artistas independientes se felicitaron entonces por la defensa de todo lo que era nuevo y progresista en el arte, y para garantizar la apertura a la nueva era aceptaron la idea de uno de sus directores, el propio Duchamp, de que cualquier persona que pagara una cuota de $ 6 debería ser capaz de exponer en su exposición inaugural.
Esto significaba que técnicamente no había motivos para denegar la entrada a última hora de la misteriosa obra de “R de Mutt” (pseudónimo del propio Duchamp, pero ellos aún no lo sabían, chissss...) titulado Fountain, ya que había pagado su cuota. Una reunión de emergencia, sin embargo, lo rechazó y la obra fue ocultada de la vista en la exposición. Por este motivo, Duchamp renunció a formar parte de la junta en la Sociedad Americana de Artistas Independientes.
El siguiente mes, una pequeña revista llamada *The Blind Man, que fue co-editada por Duchamp, defendió la fuente del señor Mutt:
"Si el señor Mutt hizo con sus propias manos la fuente o no, no tiene ninguna
importancia. Lo eligió. Tomó un ordinario artículo de la vida, lo colocó de modo que su significado útil desapareció bajo un nuevo título y un nuevo punto de vista, y creó un nuevo pensamiento
para ese objeto" (Marcel Duchamp,
1917)