Las personas consumidoras siempre han esperado que las marcas a las que apoyan se preocupen de algo más que de sus resultados finales. Quieren que tengan un propósito mayor y que contribuyan a las comunidades en las que hacen negocios. A medida que la sociedad se enfrenta cada vez más a complejos problemas en un entorno trasparente, las expectativas de las personas consumidoras sobre cómo las marcas pueden cumplir con sus obligaciones sociales están evolucionando rápidamente.
Hoy en día, las expectativas de las personas consumidoras sobre el cumplimiento de los propósitos sociales no solo afecta a las marcas a las que compran sino a las compañías en las que trabajan.
España y casi todo el mundo, se está polarizando cada vez más. Una gran cantidad de temas sociales, entre ellos la inmigración, la igualdad racial, los derechos de las mujeres y los
nacionalismos, están al frente de las reivindicaciones sociales y los medios de comunicación. Y las personas cada vez más han decidido expresar sus propios puntos de vista personales,
especialmente en redes sociales.
En este entorno las personas quieren saber que sus marcas favoritas comparten sus valores. Quieren trabajar para empresas cuyos valores no estén escritos en un póster, sino que estén integrados
en la cultura de trabajo. Es decir en su día a día.
Crecer a través del activismo de marca
¿Cuándo debería una marca tomar una posición? Esta debe ser una decisión estratégica en torno a un problema que se alinee con los valores fundamentales de la empresa. Lo que en Harca llamamos la
verdad sostenible.
Compartir una opinión política o social va a hacer que tu marca atraiga una atención significativa tanto de clientes como de medios de comunicación, y es probable que la atención obtenida también
se polarice. Si una marca puede vincular su posición sobre un tema con su esencia de marca y su razón de ser, su postura parecerá auténtica y más difícil de refutar. Por ejemplo, después de que
Nike lanzara su campaña con Colin Kaepernick, las redes sociales explotaron con gente cortando y quemando su ropa Nike. Pero Nike siempre ha apoyado a los deportistas tanto dentro como fuera del
campo. Después de la controversia, los espectadores respondieron. Los productos de la compañía aumentaron un 27%.
Las marcas no solo tienen que devolver algo a la sociedad, sino que también deben defender los valores que inculcan dentro de sus marcas. Aunque estar en los temas controvertidos presenta
riesgos, puede ser más arriesgado para las empresas guardar silencio.