Ser o no ser sostenible ¿puede ser una cuestión?
Hace unos días se puso en contacto con nosotros una empresa, que nos preguntó porque éramos sostenibles y si su negocio, al igual que el nuestro, podría llevar en el nombre la palabra “sostenible”.
Nosotros que animamos a todo las marcas a que tomen el rumbo de la sustentabilidad tuvimos que plantearle más de una cuestión a esta empresa, y no, no es que tengamos la llave de la sostenibilidad, pero desde luego si el planteamiento inicial es sólo una cuestión de nombre, de añadir una palabras sin más, nuestra respuesta es un rotundo no, es un error el querer aparentar sin ni siquiera el pretender ser.
Y contamos este encuentro justamente este 22 de abril, porque hoy se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, cuyo lema este 2016 es “Los árboles para la Tierra” y esto, tiene mucho que ver con nosotros y nuestra relación con lo que nos rodea.
Porque en nuestras relaciones con la naturaleza y con las comunidades, todas las marcas pueden ser sostenibles, siempre decimos que puede que no por completo ni de pronto, pero si a pasos comprometidos, responsables y sostenibles es posible ser una marca sustentable. Pero para esto, lo primero es buscar en uno mismo (sino ha surgido de manera espontanea) la inquietud de hacer algo más, de sentir una necesidad de trabajar por un mundo más justo, de mimar los recursos, de tener sentido y responsabilidad, y de mejorar la vida de las personas.
Sinceramente, no es la primera vez que me preguntan por el marketing sostenible, ni por la palabra sostenibilidad, nos dedicamos a ayudar a las empresas a lograr un futuro mejor para su marca y para la sociedad, sensibilizamos, difundimos, etc. todo a través de las herramientas del marketing sostenible. Y quizás la parte que debería empezar a contar cuando me preguntan por la sostenibilidad es que crecí en plena naturaleza (soy una afortunada), mis abuelos y mis padres me inculcaron el respeto por los recursos de esta Madre Tierra, jugué entre frutales en las huertas de mi pueblo, subí montañas entre brezos y jaras, admiré un valle escondido de tejos y sentí la vida que aún brota de un árbol que ha visto mil años pasar. Y sí, me emociono con cada proyecto que nos llega y que nos permite hacer cosas buenas por las personas.
Este día dedicado a la Madre Tierra se celebra desde 1970, es un movimiento global que nos invita a amar la vida y la naturaleza, que nos llama a proteger lo que tenemos de manera sostenible. En este día también nos recuerdan las Naciones Unidas que los árboles no ayudan a combatir el cambio climático, nos ayudan a respirar aire limpio, contrarrestan la pérdida de especies y favorecen a las comunidades y sus medios de vida.
Son los árboles nuestros grandes aliados, ¿alguna vez sintieron la necesidad de abrazar un árbol? ¿Observaron su corteza en silencio? O...¿se quedaron absortos con la relación entre las criaturas que los habitan y los huecos que estos ceden a tal fin?
Yo lo hice y siento cada día en mi trabajo que a la mayor cuestión que debo buscar incansable respuesta es ¿cómo puedo contribuir a hacer de este mundo un lugar mejor? Porque creo, desde este mi trocito de verdad sostenible, que ya no es una opción válida preguntarse ¿ser o no ser sostenible?
La única senda para seguir creciendo es abrazando la sostenibilidad desde el compromiso sincero, la responsabilidad y desde todos aquellos sentimientos que marcan tu forma de avanzar, de vivir y de trabajar, y que en algún momento de tu vida te lanzaron a admirar ese árbol de tu camino.
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Noelia (viernes, 22 abril 2016 10:31)
Maravilloso post, Cristina. No se trata de añadir una palabra rimbombante a la marca, sino de creer en el significado de cada palabra que vinculamos a nuestro proyecto y, sobre todo, de creer en las personas que lo integran. ¡Feliz día!