Las empresas y las marcas no existen sin su nombre. El resto de los elementos pueden cambiarlos cuando quieran, sus colores, su logotipo, su edificio. Pero no el nombre. Hace apenas unos días vimos como Tata se veía obligada a cambialo en su nuevo modelo, el Zica, debido a la proliferación y la importancia que está teniendo, lamentablemente, el virus zika. En este caso Tata actuó bien, no es un tema con el que bromear ni con el que asociar tu marca. Esto ha pasado algunas veces más a lo largo de la historia, algunas marcas han actuado rápido, otras no tanto, veamos algunos casos:
Para seguir con los coches, tenemos que ver el caso de Ford. Cuando intentaron comercializar su nuevo modelo en Brasil, no se tomaron la molestia de preguntarle a un brasileño que significaba pinto en su idioma, y es que “pinto” hace referencia a los genitales masculinos y para más inri a los genitales masculinos pequeños. Por eso, y sorprendentemente... no había ningún brasileño que tuviera ilusión en decir que tenía un Pinto.
Algo parecido a lo de Ford, le pasó a Mitsubishi cuando intento introducir el Mitsubishi Pajero en los países hispanohablantes, sin pensar muy bien qué significaba. A nadie le hacía ilusión decir que tenía un Pajero, o “te pasaré a recoger con mi Pajero”. Así que la marca pasó a rebautizarlo como Montero.
Cuando Mazda Laputa quiso llegar a los países sudamericanos, sabía muy bien que tenía que cambiar su nombre, ¿Cómo? Pues porque llevaban años funcionando con ese mismo nombre en el mercado estadounidense, donde había millones de hispanohablantes señalándolo con el dedo cada vez que lo veían pasar. Este modelo hoy en día sigue en el mercado en los países asiáticos, reconvertido en un coche pequeño.
Andaba el año 1987, cuando la famosa marca estadounidense, por aquel entonces todavía Kentucky Fried Chicken abrió su primer restaurante en China. Fue todo un acontecimiento. El estudio de mercado suponemos que lo dejaron para otro día porque lo que hicieron fue trasladar todo, productos, logotipos, nombres, hasta el más mínimo detalle, intentando emular el éxito que habían obtenido en Estados Unidos, incluyendo su eslogan “Finger lickin’ good”, una expresión muy utilizada en los países occidentales, pero desconocida en China, que lo entendieron como “Cómete tus dedos”, un pequeño mal entendido.
Seguimos en China para ver el caso de Coca-Cola. Y es que la marca más poderosa del planeta durante años no iba a quedarse fuera. Cuando el gigante de Atlanta decidió ampliar su mercado y llegar a China, intentó traducir su nombre “Coca-Cola” a uno que sonara más familiar en el oído de los chinos, para esto eligieron los fonemas “ke-kou-ke-la”, bonito ¿no? pues gran ¡error! Una vez en marcha toda la campaña se dieron cuenta que significaba “muerda el renacuajo de cera” o “Yegua rellena de cera” dependiendo del dialecto asiático. Pero lo arreglaron bien con el nombre más evocador Ko-kou-ko-le, algo así como la felicidad en tu boca. Buen quiebro.
Si le pasó a Coca-Cola a Pepsi no le podía faltar su polémica por la traducción. Y es que en los años 90, cuando Pepsi lanzó a nivel mundial su campaña “Come alive with Pepsi” y “We bring you back to life” (Algo así como reanímese con Pepsi) pensaron que esta vez sí, que ahora iban a cambiar el papel secundario de la marca. Y bueno , parece que eso no lo consiguió, pero en el mercado asiático, esa frase, que encabezó toda la publicidad de la empresa fue traducida literalmente como “Pepsi traerá a tus antepasados de vuelta de entre los muertos” Poético.
Y es que no podía faltar una empresa española en nuestra lista. Y este caso es bastante reciente, hace un par de años (cuando ya existía Google traductor, para bien o para mal) esta marca decidió comercializar sus complementos de moda en el mercado francés. El problema fue que uno de ellos, las esclavas, que en España es un tipo de pulsera, en Francia debían recibir otro nombre, y esclava, significaba, pues esclava, una persona carente de libertad. Algo que no creo que sentara muy bien entre nuestros vecinos.
La empresa sueca Electrolux, cuando decidió expandirse hacia los Estados Unidos, pensó que la mejor manera de convencer a sus ciudadanos acerca de la calidad de sus aspiradoras era utilizando un gran eslogan, que unos genios trabajaron durante meses “Nothing suck like an Electrolux” (Nada aspira como una Electrolux). El problema es que Suck tiene otra acepción en los Estados Unidos y esa frase se entendía como “Nada peor que una Electrolux” cuanto menos una extraña manera de anunciarse.
Clariol, la división de productos para el cuidado personal de Procter & Gamble presentó en el año 2006 en Alemania uno de sus productos estrellas, el rizador de cabello “Mist Stick”. Me hubiera gustado estar en la reunión, la cual tuvo que ser muy agradable, cuando le explicaron a los directivos que en Alemania la palabra “mist” significa estiércol, con lo cual su productos habrían pasado a llamarse el palo de estiércol.
American Airlines en 1977, inauguró un nuevo servicio para sus vuelos de primera clase, asientos de cuero. Para anunciarlo, utilizaron el eslogan “fly in leather”. Cuando llegó a los países hispanohablantes, decidieron que ese eslogan era perfecto tal y como estaba así que la tradujeron tal cual y quedó “Vuela en cueros” lo que viene a ser vuela desnudo. Y esto aparte de algunas colonias en Ibiza o Cabo de Gata, parece que no agradó demasiado a la gente.
Esta es una marca de Estados Unidos de alimentos para bebés. Su nombre Gerber suena bonito ¿no? El problema fue cuando intentaron llegar al mercado francés, ya que Gerber en este país significa vomitar, y me imagino que no es algo que ayudó precisamente a que esta marca penetrara en el país vecino... no sabemos porqué los padres fueron tan reticentes.
Con el país vecino hubo otro problema cuando Colgate intentó introducir allá por los años 90, su nuevo producto, el Colgate Cue. El problema es que Cue era una marca muy asentada en Francia, pero era el nombre de una revista pornográfica muy famosa.
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Gloria (lunes, 08 febrero 2016 12:21)
Lo que me he reído con el post!