Históricamente, la responsabilidad social de las empresas ha puesto el énfasis en cómo las empresas están haciendo las cosas bien. Se ha convertido en una, cada vez más, variada lista de "cosas que hemos hecho bien". Hoy, sin embargo, el público con conciencia social quiere más. Cada vez hacen más juicios sobre las empresas o las marcas basados en su simpatía general. Quieren hacer negocios con marcas que son buenas y responsables
Hace poco nos referimos a un estudio de Nielsen, donde los resultados de una encuesta realizada en 58 países, afirmaba que los consumidores socialmente responsables se incrementan y cómo estos se interesan por las empresas con impactos positivos y están dispuestos a pagar más por los productos que ofrecen.
Estos resultados, vienen a materializar cómo a través de lo que podemos llamar un medidor social, la reputación de la empresa no depende tanto de su capacidad para destacar sus buenas obras realizadas, sino que la valoración de empresa responsable ,que decide y le otorga el consumidor, está fundamentada en la capacidad de la organización para mostrar la responsabilidad consistentemente a través de toda su organización, de tal forma, que se alinean su reputación social y comercial.
Esto ha llevado a Peter Bakker, presidente del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, en el reciente Congreso Ciencia de la Sostenibilidad en Copenhague afirmar que la:
Responsabilidad social de las empresas es, a lo sumo, sólo una solución parcial - una que puede ser mal utilizada para crear una ilusión de la responsabilidad.
RSE está muerta. Se acabó!
El argumento clave de Bakker es que las empresas líderes ya van mucho más allá de la RSE mediante la integración de la sostenibilidad en todo lo que hacen, en un esfuerzo por el reconocimiento de que la empresa no puede tener éxito si no es con la sociedad. Sirva de ejemplo las declaraciones de Tarcisio Mülek, líder de Sustentabilidad y Responsabilidad Empresaria de Unilever en América.
Para Unilever la sustentabilidad como modelo de negocios superó a la RSE. Este concepto, más integral en nuestra agenda de negocios, nos permite entender el mundo a través de una visión holística en la que, sin la reducción del impacto ambiental, la mejora de la calidad de vida y el desarrollo económico no podemos seguir generando valor. Cada vez más empresas, organizaciones y gobiernos entienden que solo se triunfa trabajando en conjunto con transparencia. La demanda de los consumidores nos empuja hacia un modelo de producción y consumo responsable de parte de todos los actores de la cadena de valor.
Con la sostenibilidad tenida en cuenta ahora como una cuestión de obligado cumplimiento en todos los negocios, es muy importante que no se traten las acciones de sostenibilidad como una lista de iniciativas, si no que se presenten como la auténtica proyección intrínseca de los valores de su empresa.
La verdadera oportunidad radica en la comunicación de porqué el negocio realiza acciones en post de la sostenibilidad, y la explicación de la forma en la que el compromiso se alinea con sus motivaciones más amplias para hacer lo correcto. Si la empresa invierte en acciones sociales, bien, háganlo y háganlo porque esto encaja con lo que sé es. Si es así, deben estar orgullosas de ello. Hagan que esto sea una expresión intrínseca de su ADN, y no sólo algo que se hace para sumar líneas a su historia.
La RSE ha sido el cajón de salida de una carrera, los consumidores tenemos que tomar el relevo, exigir una respuesta precisa y en tiempo real, sobre lo que están haciendo las empresas y actuar en consecuencia. Las marcas que luchen contra esta trasparencia no lograrán sobrevivir, porque hoy más que nunca la honestidad va a recorrer un largo camino.
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Natalia (lunes, 28 septiembre 2015 07:51)
Excelente análisis, la RSE al menos en mi país, Colombia, está acabada. Funciona como la casa de la caridad.
María La antojona (domingo, 13 diciembre 2015 15:25)
A ver. La RSE ha muerto sí. Pero es que alguna vez existió?