Los inicios de la identidad corporativa

Empezamos una serie sobre los orígenes de la identidad corporativa. El primero se lo vamos a dedicar a la era de los trasatlánticos:

 

Un poco de historia: La actividad (que no la historia) de la identidad corporativa tuvo su origen en el Comercio y la Industria del siglo XIX. Importante en estos ámbitos fueron los programas de las grandes industrias de transportes, que diseñaban el material, los uniformes, las estaciones y la publicidad, con el fin de dar una idea clara de la actitud, el estilo y el propósito de la empresa.

Sin embargo, en el momento no se acuñó ninguno de estos términos para referirse a los trabajos realizados para las compañías de transporte. Eran conocidos como House styles.

La individualidad de las grandes empresas de transportes se expresaba por medio del estilo arquitectónico, la tipografía y el aspecto de máquinas y coches, hasta la vajilla utilizada” (Sir John Betjeman,).

Veamos hoy el caso de las grandes compañías de viajes trasatlánticos:


Cada compañía tenía su propio equipo de diseñadores, artistas gráficos, ingenieros y arquitectos, a veces trabajaban juntos pero casi siempre de forma independiente. En conjunto, su producción era abundante y duradera. Todavía hoy pueden atisbarse los tristes restos de La Carnival Corporation, descendiente lejano de la fusión entre White Star y Curnard Line, que ha mantenido el diseño del casco de los buques ideados por Thomas Henry Ismay.

La primera de ellas, White Star, con Sede en Liverpool, nació para el comercio con Estados Unidos y Australia, principalmente esta segunda por el hallazgo de oro. Sin embargo, la compañía fracasó quedando con una deuda de casi 500.000 Libras. El siguiente propietario, Thomas Ismay, compró la compañía en 1868, con una condición, poder quedarse con su emblema y su nombre comercial. Comprendía que lo que estaba comprando era una marca que por aquel entonces contaba con un buen prestigio en los trasportes a Nueva York.

 

Añadió un elemento diferencial en el nombre de los barcos (Atlantic, El Baltic y El Republic) y el típico diseño de los cascos negros y la franja roja. Su identidad era el lujo y la velocidad (algo que nos recordará a la catástrofe del Titanic).

 La segunda de las tres grandes en la carrera fue la compañía creada por Samuel Curnard. Su trabajo se basaba en una excelencia técnica, no por casualidad fue galardonado con el primer contrato para un barco a vapor para operar de forma regular por el atlántico ¡en 1840!


No obstante, la empresa fue superada por sus rivales y en 1879 se reorganizó en la compañía Curnad Line. La identidad se basó en una fuerte excelencia técnica, apelando directamente al orgullo británico, que por aquel entonces era la primera potencia mundial y a su historia.


La tercera en discordia fue The Inman Line Steamship Company, que se convirtió en la primera de las tres compañías de transatlántico que ofrecía una línea de transporte regular, sin ningún tipo de subvención estatal. Y lo hacía de forma rentable. ¿Cómo lo consiguió? Pues siendo la primera compañía en ofrecer viajes en barco de vapor a los pasajeros de tercera clase. Por eso en 1870, ya llevaba más pasajeros a Nueva York que las otras dos compañías.



Como vemos, las tres compañías tenían un comportamiento diferenciado, y una identidad diferentes para cada una. En la mayoría de las ocasiones, los barcos no tenían ninguna relación con el grafismo, que a su vez no tenía nada que ver con el servicio, y además consideraban que ninguna de estas tres cosas afectaba a la venta o la rentabilidad.

Las compañías buscaban diseñadores para crear un estilo visual aunque este solo lo consideraban de forma fragmentaria, únicamente para crear un estilo visual.


Y este fue uno de los pasos que corriendo el tiempo fue transformándose en la disciplina llamada Branding.


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